lunes, 10 de marzo de 2008

reflexiòn nº4

Factores socioculturales en el aprendizaje de segunda
lengua
(Sociocultural factors)

En esta oportunidad, Brown (2000) y Cook (1996) nos permiten comprender la influencia que tiene la sociedad en un estudiante durante el aprendizaje de una segunda lengua (L2). La sociedad en general y las percepciones que de alguna u otra forma nos hemos formado o imaginado de ciertas culturas nos pueden alejar o acercar a cualquiera de éstas. Para Brown, la cultura, los estereotipos y las actitudes hacia otros idiomas están a merced de los diferentes puntos de vista que utilizamos para juzgar una cultura a través del compartir en ciertos monentos con personas provenientes de un país. Esto me permite recordar que en la mayoría de las veces, cuando hay un estudiante en la clase que pertenece a otra cultura, sus compañeros lo estereotipan de acuerdo con la percepción que tienen de esa cultura. Según Brown, “la cultura establece para cada persona un contexto cognitivo y de conducta afectiva…” pp.177. Esta firmación me parece muy acertada, porque indudablemente la persona siempre debería sentirse identicadada con su cultura y con el idioma que está adquiriendo para que así su proceso sea mucho más satisfactorio. Esta identificación positiva o negativa, si así se puede denominar, se verá reflejada en su conducta afectiva durante el aprendizaje de una L2. Los estudiantes, cuando tienen una actitud positiva hacia el idioma que desean aprender, el inglés en este caso, se sienten bien, les gusta las cosas que provienen de esa cultura como la música, la ropa, ect. Hasta cierto punto, esto debería ser efectivo. Lo contrario sucede con los estudiantes, cuya actitud es negativa, o presentan lo que Lambert (en Brwon, 2000) denomina como anomia. En este caso, ellos niegan querer comprender el idioma extranjero−nos les gusta−. Considero que una de las razones es porque dejaron de tener una motivación positiva hacia el aprendizaje de este nuevo idioma. En consecuencia, se produce cierto rechazo o insatisfacción hacia la L2.
Uno de los aspectos que más llamó mi atención es que Brown en su capítulo menciona el lenguaje y los factores políticos que influyen en la adquisición un idioma extranjero. La sociedad en su relación estrecha con la política permite que un idioma se realce hasta cierto punto sobre la lengua materna de una sociedad en el aspecto económico. Para nadie es un secreto que el inglés, pese a los gustos y preferencias individuales de cada persona en cualquier cultura, se ha convertido en la lengua de mayor uso internacional. Entonces, el inglés en nuestra cultura debería ser visto como una herramienta de participación e integración activa dentro de esta sociedad donde se quiere un individuo integral. En mi opinión, uno de los factores que limita a mis estudiantes de bachillerato es el no poseer un backgroung del inglés. Más aún cuando el español tiene la ventajosa característica de tener cercanía lingüística con ese idioma. Los estudiantes, en la mayoría de las oportunidades, asocian las palabras del inglés es idioma materno, español en este caso, a pesar de que algunas de éstas no signifiquen lo mismo en ambos idiomas. El inglés, tal como lo afirma Brown, debe ser considerado como medio educativo y de progreso intelectual, económico y social del individuo. Tener derecho a cursar inglés en las primeras etapas del proceso de aprendizaje académico sería un factor completamente significativo y positivo para todos los ciudadanos del país, más allá de sus futuras aspiraciones personales y académicas.
Cook, por su parte, nos explica las diferentes razones sociales que influyen de manera significativa en la actitud positiva del aprendizaje de una L2. Para esto, Cook menciona la educación de alto nivel, es decir, el acceso a carreras que requieren del conocimiento de una lengua extranjera, el inglés en la mayoría de los casos, los viajes, la religión, entre otros. Los alumnos, en su mayoría, cuando les pregunto por qué les gusta el inlgés, me expresan diferentes aspectos, siendo los más reiterativos el deseo de viajar, tener amigos el extranjero, los juegos de video. Sus aspiraciones personales y académicas están vinculadas con estos aspectos que menciona Cook. Considero, hasta cierto punto, que el éxito de las estrategias de aprendizaje que los docentes empleamos dependen de las motivaciones u objetivos personales de cada estudiante.
Haber leído estos dos interesantes capítulos (capítulo 7 de cada autor) me hizo revivir mi anhelado deseo de ver el inglés desde un punto de vista diferente al que se ha tenido siempre. Al mismo tiempo, quisiera que se implementara el inglés en las primeras etapas de aprendizaje académico en las instituciones públicas.
Referencias
Brown, H. Douglas (2000). Principles of language learning and teaching. (4° edicion). White Plains, NY: Addison Wesley Longman.

Cook, Vivian (1996). Second language learning and teaching. Londres: Edward Arnold.

Lightbown, Patsy M. y Spada, Nina (2006). How languages are learned. Oxford: Oxford University Press.

1 comentario:

Berta dijo...

Muy acertada tu observación sobre estudiantes extranjeros en nuestros salones de clase y cómo -aunque hablen nuestro idioma, quizás con su acento- sus compañeros tienen una percepción específica sobre ellos, estereotipándolos en muchos casos, inclusive quizás también sus profesores.
La anomia es parte del proceso de aculturación, más indicado cuando el aprendiz se encuentra inmerso en la cultura o país del L2. No he leído estudios que hablen sobre la aculturación del aprendiz fuera del país de la L2. Probablemente haya cierta apropiación de elementos de esa cultura, como mencionamos en clase.
Definitivamente nuestros estudiantes tienen una ventaja competitiva porque hablan español y hay cierta cercanía con el inglés. Ellos deberían de conocer este hecho e incrementar sus habilidades para identificar de manera eficiente los aspectos similares y los diferentes, como por ejemplo los falsos amigos o cognados, en contexto.
En esta entrada ví una clara relación entre el contenido de las lecturas de esta semana y su aplicación a tu situación y a los programas educativos de nuestro país, al igual que tus deseos para mejorarlos en bien de nuestros estudiantes.